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Uno de los regocijos medievales, era la Fiesta del Asno. Ocasión lúdica, donde invertir los valores y status sociales. Ocasión para, mediante la burla más descarnada, dar rienda suelta a frustraciones, desengaños y obediencias rudamente impuestas. En las arquivoltas de este templo galo aparece ese carnaval en toda su crudeza, está el asno revestido como sacerdote que lee un libro puesto del revés.
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Y está, también, el asno músico, que toca de oído una melodía que no comprende. De jugoso simbolismo, además del burlesco, y sobre el que trataremos en mejor ocasión.
Y está, también, el asno músico, que toca de oído una melodía que no comprende. De jugoso simbolismo, además del burlesco, y sobre el que trataremos en mejor ocasión.
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"El asno de Arcadia, cargado de oro y come paja", no resalta, como parece a primera vista, la estupidez "estúpidamente estúpida" atribuida a nuestra especie. Sino una sabia enseñanza, que deberías aplicaros: "No dejes lo verdaderamente valioso, la paja, por lo aparentemente importante, el oro", o como dice otro refrán vuestro "Más vale pájaro en mano, que ciento volando". A buen entendedor, con dos grandes orejas basta... [Foto: Ferreras de Arriba, Zamora, 27 junio 2008].
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Dedicado a Baruk, que me estará "escuchando"..
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Salud y fraternidad.
Y buen verano al personal, en general. Marcho a lomos de asno, por esos caminos de la Diosa. Si ella lo permite, volveremos "a olernos" en agosto.