jueves, 31 de enero de 2008

¡Aquel asuntillo de la manzana!

Ermita de Santa Olalla, capitel de Eva y Adán s.XII, Barrio de Santa María (Aguilar, Palencia).
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"Diálogo"
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Lego.
Dime, preste sabedor,
¿de qué principio dimana
que el comer una manzana
hizo al hombre transgresor?
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Preste.
La causa fue la dulzura
del tierno fruto vedado:
lo que da gusto es pecado;
la virtud es amargura.
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Lego
Preste, según tu doctrina
debes ser gran pecador:
así lo dice el olor
que sale de tu cocina.
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José María Blanco White, "A un teólogo glotón", Liverpool 1840.

miércoles, 30 de enero de 2008

El románico ¿Camaleón "impresionista"?

El sol de la mañana, vuelve las piedras de un cálido tono dorado. [Agosto; 9,28 a.m.].
La primera luz de la tarde, baña el templo en gris acerado. [Agosto; 15,52 p.m.].
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Templo de Santa María la Real, ss.XII-XIII, Sangüesa (Navarra).
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En 1892, el pintor impresionista Claude Monet experimentó con la "instantaneidad" de la luz, en un intento por atrapar lo inasequible, para lo cual realizó cuadros de la catedral de Rouen, gótica, en diversas momentos del día. El resultado es una magnífica colección de lienzos, con la ámplia paleta cromática, casi camaleónica, que brinda el juego de la luz y la piedra según pasan las horas.
Lo que Monet comprobó en la gran catedral gótica, nosotros podemos constatarlo igualmente en los templos románicos, como éste de Nuestra Señora en Sangüesa. Ese colorido, cambiante pero siempre repetido, siempre distinto y siempre igual, según sea la hora, la estación y la climatología, tiene también simbolismo propio. Un simbolismo que responde al devenir cíclico del universo, a las grandes edades por las que pasa el mundo de lo material. Responde, a la fe en el Eterno Retorno.

martes, 29 de enero de 2008

El Caballero de la Pata de Oca

¿Palacio Real o Logia de Gremiales?, fachada sur, final s.XII, Estella (Navarra).
Capitel de ventana, en galería superior, lado sur. Obra del Magister Martinus de Logronio, s.XII. Palacio Real, Estella (Navarra).
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Esta magnífica obra civil románica, que llaman "palacio real" aunque bien pudo ser lonja o logia de las corporaciones de gremios francos de Estella, es citada con frecuencia por sus capiteles del combate de Roldán y Ferragut, o del asno músico. Sin embargo, hay otro muy significativo: el de los dos guerreros. El caballero que logra golpear a su contrincante, lleva en el escudo un símbolo doble, la Tau, abajo, y sobre ella, una gran Pata de Oca.
La Tau, es señal que identificará a los justos durante el Juicio Final. El símbolo conocido como "pata de oca", no es otra cosa que una runa, en concreto la "runa de la vida". Es la señal que otorga Melusina, la Madre Tierra céltica, compañera del dios Lug. Ella, cuya particularidad es que posee un pie de oca, marca con este signo a los caballeros iniciados, "caballeros cygnatus", llámense Parzival, Lohengrin, o Raimundo de Lusignan. Son estos personajes "cygnatus", señalados con el signo de la Oca, los héroes de numerosos cuentos, romances y leyendas. Aparecen empuñando espadas encantadas y cabalgan mágicos corceles. Cabalgan sobre la Cábala, vehículo del conocimiento, guiados por Mamá Oca, la Madre Tierra.
Parece "alegoría" razonable, para el capitel de una logia de oficios, si consideramos que la "pata de oca" es una de las marcas distintivas de los Compañeros Constructores. Quienes señalizaron con ella numerosos edificios, en la ruta peregrina hacia el Campus Stellae y el Finis terrae...

sábado, 26 de enero de 2008

La firma de un Compañero...

Templo de Santiago, marca de cantero s.XII, Agüero (Huesca).
Templo de San Pedro, s.XII, Tejada (Burgos).
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Sobre los sillares de varios templos románicos, aparece tallada una humilde herramienta. El "zapico" o "piqueta", que el cantero empleaba para conformar la piedra. Con ese instrumento y otros igual de simples, se levantaron edificios tan bellos, espiritual y materialmente, como los de Tejada, o Silos, o Compostela. Ese zapico, utilizado como anónima firma pétrea, nos está diciendo muchas cosas sobre su dueño. Nos habla del intenso esfuerzo físico del Compañero Constructor, de su fe profunda que no ha olvidado la Religión Antigua, del ancestral Conocimiento sobre el arte de levantar templos...
Unos templos, a los que puede aplicarse aquello que cantó el poeta sobre los olivos:
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"No los levantó la nada,
ni el dinero del señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor".

jueves, 24 de enero de 2008

La firma de un filósofo

Colegiata de San Pedro, 1152, marca de cantero en el claustro. Soria.
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La estrella de cinco puntas, "pentalfa", era usada como símbolo de reconocimiento entre los pitagóricos, pues expresa geométricamente el número de oro, la proporción áurea, considerada la más armónica en el arte de construir. Al mismo tiempo, puesto que este número es suma de la primera cifra par, femenina, el dos, con la primera impar, masculina, el tres, se tiene al cinco por símbolo de Afrodita, diosa del amor, considerado éste como renovador de vida. Así, la estrella de cinco puntas, simboliza también la parte humana material, manifestada en el Microcosmos.
Por todo eso, debemos considerar que el cantero, autor de esta marca compañeril, no era un albañil cualquiera. Máxime, teniendo en cuenta que se encargó de marcar con el punzón, en las puntas de la estrella, cinco puntos destacados. Es su forma de decirnos, a través de los siglos, que era un filósofo, es decir "Amante de la Sabiduría" según definió Pitágoras.

miércoles, 23 de enero de 2008

"Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva"

La "Jerusalén Celeste", sobre el tejado del presbiterio.

La Nueva Jerusalén, metopa en galería septentrional del Templo.
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Monasterio Cisterciense de San Andrés del Arroyo, 1181-1222, Santibáñez de Ecla (Palencia).
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En el medievo, era corriente representar mediante fortalezas las dos formas de la Jerusalén simbólica, terrestre y celeste, como imagen de la virtud regeneradora de la creación. Al acabar este ciclo, tras el Juicio Final, la Jerusalén Terrestre, material, habitada por los hijos del pecado, será sustituida por la Jerusalén Celeste, espiritual, habitada por los hijos de la virtud.
Los Compañeros Constructores consideraban que, con su trabajo, estaban ayudando al advenimiento de la Ciudad Divina, ya que cada templo pretendía ser la imagen resumida de esa ciudad ideal. En ningún lugar es más cierto eso, que en el Monasterio de San Andrés del Arroyo. Aquí, el Magister nos dejó una magnífica señal con esa Jerusalén Celeste, de piedra pero tan etérea, situada sobre el tejado del presbiterio. Una señal y una esperanza, para el fin de un ciclo cósmico.

martes, 22 de enero de 2008

"Espiral espiritual"

Templo de Santa Marina, s.XII, Villanueva de la Torre (Palencia).
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También la escalera de caracol, al fin y al cabo una espiral desarrollada en el espacio, una espiral "con volumen", tiene un simbolismo románico preciso. Es la pieza material por la que ascendemos al campanario, "donde suena la voz de Dios", pero también es imágen del recorrido del alma, tras salir del cuerpo, aproximándose desde lo material, inferior, hasta lo espiritual, superior. Desde la oscuridad, hasta la claridad. Un camino sinuoso, que debemos recorrer con sumo cuidado, pues cualquier traspiés puede hacernos caer. Un camino que, al igual que el laberinto, tiene muchos paralelos con el recorrido espiral del Juego de la Oca...

domingo, 20 de enero de 2008

Magia gestual y simbolismo cósmico

Templo de Nuestra Señora, fin s.XII, Gredilla de Sedano (Burgos).
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Nada es gratuito en los gestos de la escultura románica, en este tímpano Nuestra Señora muestra, con la postura de sus dedos, el número siete. Tanto los cabalistas, como los neoplatónicos, insistieron en su carácter privilegiado como número perfecto, de realización. Siete son los días de la semana, las esferas celestes, las ramas del árbol cósmico, las virtudes, los vientos y las notas musicales. Cifra mágica, entre todas las cifras, tiene aquí su razón de ser por la significación que posee como colofón cíclico. Fin de un ciclo y principio de otro nuevo, aquí representado por el anuncio del próximo nacimiento del Cristo, con quien se acaba la era humana gobernada por la Diosa Madre, y comienza otra donde ella es suplantada por el Dios trinitario.

sábado, 19 de enero de 2008

Una luz muy antigua

Templo de Nuestra Señora, s.XI-XII, Villavelayo (La Rioja).
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Sobre el cerro que domina la villa, en plena Sierra de la Demanda del Santo Grial, se alzaron desde tiempos ya olvidados, uno detrás de otro, diversos templos para sucesivas divinidades. En el último, todavía quedan incrustadas algunas piedras de los precedentes, en las que canteros ancestrales dejaron constancia de su veneración por la "Luz divina", emanada de los astros celestes, energía fecundante para una Madre Tierra fértil y generosa con quienes la respetan. "Luz antigua" que sigue manifestándose sobre este templo, aunque la mayor parte de la humanidad ya no respete a la Gran Madre.

viernes, 18 de enero de 2008

Donde late la Madre Tierra

Templo de San Martín, 1118, Salcedillo (Palencia).
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Junto al nacimiento del río Camesa, se elevó un primer templo para contener la imagen de Nuestra Señora, que sustituyese el viejo culto a la ninfa de ese curso fluvial. Luego siguieron otros, hasta llegar al románico. La dureza del entorno modeló el carácter de sus habitantes, recios pero acogedores, resistentes al clima adverso, al aislamiento, y al olvido de las gentes del valle. Afables con los forasteros, a pesar de todo. A pesar de que, en 1934, fueron forasteros quienes, con mal encauzado descontento, dinamitaron iglesia, virgen y pila bautismal románicas. Pasaron los años malos, el pueblo reconstruyó su templo y allí sigue imperturbable. En un paisaje de tranquila serenidad, donde con nieve, sol, o lluvia, se puede percibir el soplo del espíritu. El latido pausado de la Madre Tierra, una de cuyas venas es ese río Camesa.

"Yo soy Jano" - "Yo soy la Puerta"

Templo de Santa María, tímpano portada oeste 1090, Santa Cruz de la Serós (Huesca).
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La inscripción de este crismón comienza: "IANUA SUM", latín traducible por "Yo soy la puerta", algo lógico en un símbolo, del Cristo, colocado a la entrada de un templo. Entonces surge la duda. ¿Por qué el cantero no puso "PORTA SUM", en latín vulgar, como aparece en otras partes? Porque resulta que "IANUA", nombre común de "puerta", deriva de "IANUS", el dios Jano, quien con su doble rostro presidía las puertas, como símbolo del tránsito de un ciclo a otro: del año viejo al nuevo -dio su nombre a "ianuarius", enero-; de la noche al día; del interior al exterior. Si tenemos en cuenta el complejo simbolismo del crismón, señal del Cristo solar y marca de los ciclos cósmicos, con su "pata de oca" inscrita dentro, empezaremos a sospechar que el Magister tallador, de éste, está asimilando al Dios nuevo con el Dios viejo. Tan ambigua y dual frase resulta muy adecuada, "Yo soy Jano" - "Yo soy la Puerta", para indicar que la Antigua religión no ha muerto. Tan sólo ha sido sincretizada por la nueva fe. Y los verdaderos creyentes, hijos de los antiguos Dioses, no olvidan.

martes, 15 de enero de 2008

¡Gracias "Cancerberos"!

La señora Carlina, Templo de Santa Marina, Villanueva de la Torre (Palencia). [Foto, cortesía de "Pata de Oca"].
El señor Belarmino, Templo de San Cipriano, Revilla de Santullán (Palencia). [Foto, cortesía de "Pata de Oca"].
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Personajes imprescindibles en la visita a muchos templos románicos, los anónimos custodios de las llaves, mujeres y hombres del pueblo llano, se han ganado a pulso un lugar de honor en nuestro Laberinto Románico. Ya sean cultos o iletrados, parlanchines o callados, cascarrabias o amistosos, resultan siempre entrañables, porque suelen ser nuestro último eslabón con un mundo rural que se extingue. Un mundo tan distinto y enriquecedor, si le prestáramos un poco más de atención antes que se esfume para siempre.
Vaya en la persona de la señora María y el señor Belarmino, nuestro homenaje a la abnegada entrega de todos estos "Cancerberos", que nos soportan estoicamente sin perder la amable sonrisa y, si se tercia, todavía nos ofrecen un vaso de vino o un tazón de caldo. Gracias a todos, de corazón.

¿Dónde están las llaves?

Templo de Santa Marina, Villanueva de la Torre (Palencia).

Templo de San Martín, Artaiz (Navarra).
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No queremos seguir adelante, sin hacer un homenaje al tesoro que representan las viejas llaves de los templos románicos. Piezas humildes, cuanto impresionantes, si las obtienes en algún pueblo puedes estar seguro de que, sus custodios, te han juzgado de forma indulgente. Al entregarlas te han hecho responsable del "abrete sésamo", la clave mágica que permitirá tu entrada a la gruta del tesoro. Si las consigues, considérate un privilegiado, hazte digno de la responsabilidad adquirida y utilízalas con respeto. Cuando las devuelvas a sus depositarios, no olvides mostrarte agradecido. Recuerda que son una mano, tendida a través de los siglos y las generaciones, para la custodia del lugar Sagrado.

lunes, 14 de enero de 2008

¿Torpeza o genialidad?

Templo de San Martín, s.XII, Artaiz (Navarra).
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En un templo, que muestra rica variedad de escultura, encontramos asombrados esta inquietante representación, sobre un capitel interior. ¿Se trata de minimalismo conceptual románico? ¿Un cantero torpe, al que consintieron poner su obra junto a la de maestros consumados? ¿O estamos ante un destello de "modernidad", una visión de futuro del Magister de la piedra? Lo cierto es, que no hay nada nuevo bajo el Sol...

De templo a templo y tiro porque me toca

Templo de San Nicolás, s.XIII, Soria capital. (Actualmente en atrio de San Juan de Rabanera).
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San Nicolás, uno de los más ricos templos románicos de Soria, amenazaba ruina en 1858, la celtibérica solución fue demoler sus bóvedas y mirar para otro lado. En 1908, como la ruina seguía "arruinándose", su portada se desmontó y aprovechó para el restaurado templo de San Juan de Rabanera, junto con numerosas piedras de los muros que, a modo de pavimento, dejaron el atrio de San Juan hecho un primor. La mayoría de esos sillares están marcados con el símbolo de la "Pata de Oca", señal distintiva de los canteros medievales que los designa como hijos del Maestro Jacques. Allí, sobre el suelo de San Juan, semejan huellas petrificadas de alguna Madre Oca ancestral que, a través de los siglos, nos dice cómo en esta casilla del Juego hay algo significativo.

domingo, 13 de enero de 2008

Madre nuestra, que estás en la Tierra...

Ermita de Nuestra Señora de Eunate, imagen original s.XII (copia moderna), Puente la Reina (Navarra).
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"Hija de Dios y Madre de las cosas, lazo del mundo y firme nudo suyo, belleza de la tierra, espejo de cuanto pasa, antorcha del globo.
Tú que sometes a tus riendas el paso del mundo, anudando con un nudo de armonía todo cuanto afirmas en el ser, y que con el cemento de la paz logras unir el Cielo con la Tierra.
El mundo rejuvenece por tu signo, el bosque ve rizarse su cabellera de hojas y, cubriéndose con el manto de tus flores, se enorgullece la Tierra". (Alain de Lille, De planctu nature, s.XII).
Esta mujer-madre Naturaleza es heredera de la Madre-Tierra de la religión Antigua, si bien aquí ya no es una diosa sino una "hija de Dios". Esto demuestra que la Edad Media había aceptado, y adaptado, a su experiencia espiritual, la idea ancestral de Madre-Tierra. Y lo había hecho porque, para la humanidad románica, la Naturaleza era la manifestación visible de Dios, puesto que era su obra. Comprender y amar la Naturaleza, era comprender y amar al creador.

Un blanco manto románico

Templo de Santa María, fines s.XII, Siones (Burgos). Atribuida a la Orden del Temple.

"Como se aproximara el tercer año después del año 1000, se vio en casi toda la tierra la renovación de las iglesias. Un deseo de emulación llevó a cada comunidad a tener la suya más suntuosa que la de los otros. Era como si el mundo se hubiera sacudido y despojándose de su vetustez, se hubiera revestido por todas partes de un blanco manto de iglesias".
(Escrito del monje borgoñón Raúl Glaber, 1003).

sábado, 12 de enero de 2008

Un cielo de piedra

Ermita de Nuestra Señora de Eunate, mediados s.XII, Puente la Reina (Navarra).

El templo románico es caverna, cueva uterina, que proclama la energía creadora del seno de la Madre Tierra. Energía fértil, física y espiritualmente, que el edificio capta para distribuirlo a los fieles receptivos. Pero el templo románico es, también, imagen del cosmos, su bóveda representa el cielo, protector, dispensador de otra energía, complementaria de aquella emanada del suelo. Las bóvedas son cielos de piedra, por cuyos cuadrantes van desplazándose las luces y las sombras, el rastro que el padre Sol describe al trazar sus círculos cíclicos, mientras fecunda a nuestra Madre Tierra.

Hijos de un Dios menor

Templo de Santa María, s.XII, Padilla de Arriba (Burgos).

Muchos templos románicos, por causas diversas y a veces poco justificables, han sufrido abandono, ruina y expolio -no necesariamente en este orden-, de tal modo que cuando se ha querido acudir en su auxilio el daño ya era irreparable. En Padilla había dos, cuando vinieron los malos tiempos y faltó el dinero para las reparaciones, el de Santa María fue cerrado. Los escasos recursos se centraron en salvar el de San Mamés, también románico, y el templo abandonado fue deshaciéndose poco a poco. Las mejores piedras fueron "tomadas en préstamo", por lugareños necesitados de materiales constructivos de calidad. Las esculturas desaparecieron en la oscuridad de la noche, a manos de chamarileros, anticuarios, y demás depredadores. Hoy sólo quedan cuatro paredones que nos susurran: "Ya que no puedo ser un buen ejemplo, al menos quiero ser una terrible advertencia".

viernes, 11 de enero de 2008

El Lenguaje de los Pájaros

Templo de Santa María, mitad s.XII, Uncastillo (Zaragoza).
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A pesar del tiempo que las consume las piedras medievales todavía nos hablan, aunque lo hacen con el Lenguaje de los Pájaros. Dice la tradición que, en su origen, esa era la lengua usada por Eva y Adán en el Paraíso, lo que les permitía entenderse con los animales (de ahí que comprendiesen lo que la Serpiente decía, pero esa es otra historia). Para los cabalistas medievales, la Lengua de los Pájaros era una forma de comunicación basada en símbolos, asociaciones de ideas y juegos fonéticos, que combinaba la imagen con la palabra escrita. Es la lengua de los alquimistas, diversos gremiales, y por supuesto los Compañeros Constructores.
Con este "idioma", la Piedra -con mayúsculas- nos habla. Susurra los sueños, las inquietudes, los anhelos, los miedos, las esperanzas de una época, de unas mujeres y unos hombres que no eran ni mejores, ni peores, que nosotros. Pero cuyo mundo interior, con toda seguridad, era más rico en vivencias.

jueves, 10 de enero de 2008

Solo romero...

Templo de San Lorenzo, portada inicio s.XIII, Vallejo de Mena (Burgos).

"Ser en la vida romero,
romero solo que cruza siempre por caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero... sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez solo y ligero,
ligero, siempre ligero.
Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos
para que nunca recemos
como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo
digamos los versos".
(Versos y oraciones del caminante. León Felipe, 1920).

Bailando con unicornios

Ermita del Cementerio, ruinas s.XII, Bárcena de Pienza (Burgos).

La dama ideal, que acoge en su regazo a estos míticos animales, puede ser tanto una imagen del espíritu humano, en su aspecto de aquella pureza primigenia que debe recobrar, o bien una imagen de la Madre Tierra protectora y dispensadora de cuanta energía fecunda nos rodea. Y puede ser muchas cosas más, el simbolismo, no lo olvidemos nunca, tiene múltiples rostros cuyas bocas hablan a través de estas imágenes. ¿Sabremos escuchar las voces susurrantes de las piedras románicas?

¿Un montón de piedras?

Colegiata de Santa Juliana, claustro s.XII, Santillana del Mar (Cantabria).

Templo de San Pedro de la Rua, claustro mediados s.XII, Estella (Navarra).

Cálculo y proporción diferentes, día lluvioso y día soleado, dos estructuras tan iguales y tan distintas. Aunque el resultado final es idéntico, un espacio para la serenidad. Un ámbito donde se respira el espíritu de la Madre Tierra. Y todo ello conseguido con tan solo un montón de piedras. Claro que hay que saber mucho de piedras, para "amontonarlas" tan convenientemente. Hay que ser Magister Lapidarius.

miércoles, 9 de enero de 2008

En la puerta del laberinto

Declaración de buenas intenciones, y que la Diosa nos pille confesados...
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Adentrarse por los caminos románicos es, ciertamente, iniciar el recorrido de un sinuoso laberinto, como el que atrae nuestra atención en algunas catedrales medievales. Las imágenes del mundo románico, sus significados simbólicos, no siempre son lo que parecen y, a veces, no parecen lo que son. Para peregrinar por su rico universo, hay que mirar esa etapa de la humanidad con ánimo presto a estudiar todas las hipótesis sin que nos obsesione ninguna. Mirarla con ojos de niño, dispuestos al goce del asombro, más con espíritu maduro, dispuestos al estremecimiento de lo recóndito.
Como la senda del laberinto de Chartres, que se retuerce, avanza para retroceder y retrocede para avanzar, con múltiples rutas aparentes que en realidad son una sola, así los caminos del románico parece que se bifurcan, para finalmente converger en el centro único. Por ello, vamos a intentar danzar sobre ese laberinto como si estuviésemos recorriendo el tablero de un Juego de la Oca, -al fin y al cabo ¿No contiene el Juego de la Oca un laberinto en su casilla 42?-, aprovechando las tiradas beneficiosas y evitando las adversas. Pero siempre, siempre, con los ojos del cuerpo y del espíritu bien abiertos.
Porque aunque planteemos esta aventura de compartir vivencias, sobre el mundo románico, como un juego dialéctico cuyas incidencias se irán mostrando aquí, en forma de reflexiones socarronas, interrogantes eruditas, comentarios estéticos, y fotos al por mayor, no conviene que peregrinemos con mirada distraída. Estamos ante un juego, si, pero un juego muy serio.
Templo de San Lorenzo, ruinas s.XII, Uncastillo (Zaragoza).

Nos parece que para dar el primer paso, tras tirar los dados, nada mejor que traspasar la puerta de estas ruinas. Su imagen resume lo que hemos intentado insinuar, el espejismo que a veces despista nuestro caminar por el laberinto. Detrás de la portada, que custodian los antiguos genios guardianes, puede que no haya solo un edificio de culto, sino también todo un mundo ancestral en espera de ser explorado. El mundo de quienes veneraban a la Madre Tierra.

Salud y fraternidad.