sábado, 6 de febrero de 2010

Los “orfebres espirituales” de Arenillas.

En la Valdavia palentina se encuentra el lugar de Arenillas de San Pelayo, y en un extremo del pueblo eleva su figura el templo de San Pelayo, antaño rico monasterio familiar. Dotado en 1132 por los Muño de Saldaña, quienes lo declararon libre en 1159, entregándose a los premonstratenses de Retuerta en 1168. En 1573, debido a su precaria situación económica, fue reducido a priorato. En el s.XIX, con la invasión napoleónica y la desamortización, sobrevino su ruina, que si no fue total se debió a su transformación en parroquia.
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Hoy tan sólo nos queda parte de la Sala Capitular y el templo, muy transformados en su devenir histórico. Originalmente tuvo triple cabecera y tres naves, de lo que subsiste el triple ábside, pues las naves fueron rehechas en planta de salón, tras un incendio hacia 1554. Pero ni siquiera los cilindros absidales se libraron de alguna alteración. Exteriormente se hallan enfoscados, pero su estructura es la propia del románico mudéjar, de ladrillo, aunque interiormente son de cantería. ¿Se trata, como en unos pocos lugares, de estructura híbrida a base de piedra y ladrillo?
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Bailarina contorsionista (4ª fig).
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Músico vihuelista (5ª fig).
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Aparte los ricos capiteles, de su Sala Capitular y arco de triunfo absidal, lo mejor de su románico está en la portada norte. Los premonstratenses hicieron construir una alta espadaña, en la que se incrustaron algunos relieves románicos procedentes de la portada anterior, y bajo ella la nueva y magnífica portada. Con profusión de figuras simbólicas, de elaborada talla, en capiteles y cimacios, se transmite un mensaje de renacimiento y regeneración.
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¿Lector, o cantor? (8ª fig).
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Copista o escribano (12ª fig).
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Guarecida entre arquivoltas de ajedrezado y vegetales, se encuentra también una serie de personajes, de exquisita labra, en consonancia con lo mejor de san Pedro de Moarves, o Santa María y Santiago en Carrión de los Condes. Se trata de dieciocho individuos, aunque no todos parecen obra del mismo Magíster, que figuran un curioso conjunto de inquietantes “profesionales”. A pesar de los destrozos sufridos, todavía muestran parte de su pasada gloria y la exquisita estética con que las dotó el desconocido Magister.
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¿Músico? (14ª fig).
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Orfebre, martillando el metal (15ª fig).
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De izquierda a derecha, tenemos cantores, contorsionistas, músicos, lectores, escribas y... orfebres. Si se pretendían representar los oficios, como en otras portadas, ¿por qué sólo se dejó constancia de quienes trabajaban los metales preciosos? ¿O es que se pretendía otra cosa? Están en el banco de trabajo, con la escofina, las tenazas, el crisol, martillando el metal en el yunque, con el fuelle avivando la fragua... Y el cantero que los hizo, conocía bien el arte de los orífices.
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Orfebre, trabajando el metal en el banco (16ª fig).
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Orfebre, avivando el fuego en la fragua (18ª fig).
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¿Qué mensaje nos transmiten estos profesionales de las bochas, el buril, la lima, el punzón, la mordaza, el mandril, y las cizallas? ¿Se trata de un simbolismo, sobre la purificación de las almas que, a semejanza de los metales preciosos, son sometidas a toda clase de pruebas, para acabar transformadas en joyas espirituales?
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Salud y fraternidad.

10 comentarios:

Baruk dijo...

Un simbolismo muy cautivador el románico palentino que nos muestras.

Muy entrañables también los artesanos habituales de la época, o quizá como insinuas, podrían ser los llamados "laboradores alquimicos"?

Es posible que algún estudiante en la transmutación de la materia fuera capaz de visualizar en esas figuras las tareas realizadas por los maestros alquimicos para conseguir la crisoperica purificación metálica del alma. Si así fuera, creo que el nombre escogido para la entrada le iria al pelo a dicha percepción: "orfebres espirituales"

Y representarlos en la entrada a un templo también sería bien adecuado, no en vano conseguir la Obra alquimica es conseguir entrar en el "espacio sagrado".


Salud y románico

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Alkaest dijo...

No me atrevía yo a entrar en el terreno de la Opus Magna, pero puesto que lo hace Dona Baruk, a quien creo más preparada que yo en este dificil campo, tengo que inclinarme ante su perspicacia y darle toda la razón.

Creo que en esta portada, una de las posibles lecturas simbólicas, es la referida a la "transmutación del alma", comparada con la transmutación "metálica" de la "materia prima" física.

Muy pillín, me he guardado otros símbolos, presente en los capiteles de la propia portada, que complementan esta idea de "transmutar" o "renacer", librando de su "escoria" el espíritu para dejar solamente el "oro puro", el "oro solar".

De nosotros, solo de nosotros, depende ser verdaderos "alquimistas" del espíritu o simples "espagiristas"...

Salud y fraternidad.

juancar347 dijo...

Interesante temática. Me llama mucho la atención la figura 15. ¿Serán imaginaciones mías, o sobre la base del yunque que se supone que va martillear el orfebre, se ve una cabecita pequeña? No deja de tener su sentido, pues en realidad, la búsqueda final de todo verdadero alquimista era la transmutación espiritual, siendo la transmutación de los metales una mera circunstancia de la búsqueda. Para ser sincero, si no me lo hubiérais puesto tan fácil, posiblemente hubiera dicho cualquier barrabasada. Abrazos

Alkaest dijo...

Compadre Juancar, mira que te he dicho que no leas tanto, que luego ves cabezas donde no las hay... ¡Si cuando yo te puse, en una foto, junto al hidalgo manchego...!

Lo que el orfebre tiene, sobre su banco, es un trozo de metal que sujeta con las tenazas que maneja con su mano izquierda, mientras alza el brazo derecho para martillar la pieza y darle forma.

El problema es que, al estar la figura muy maltratada, con los brazos rotos, la cosa no está clara. La culpa recae, a partes iguales, entre las tropas napoleónicas que acamparon aquí, tomando las figuras como blanco de sus fusiles; y los zagales del lugar que, tras la marcha de los frailes por la desamortización, tomaron las figuras como blanco de sus pedradas.

Una lástima, porque los distintos niveles simbólicos de esta portada son muy enjundiosos.
¡Aunque no debemos ver gigantes, donde tan sólo hay molinos!

Salud y fraternidad.

Syr dijo...

Pues ya que estás por Palencia, dinos algo de la "orfebería" de la fachada del templo de Santiago de Carrión ¡ hombre¡.

Salud y románico

juancar347 dijo...

Mea culpa y acepto el coscorrón. De los tropiezos se suele aprender mucho; lo malo será cuando tenga que hacerme el psicotécnico para renovar el carnet de conducir. El hidalgo caballero...mira tú, ¡me gusta! Un abrazo

juancar347 dijo...

Ah, que se me olvidaba...Me uno al requerimiento de Syr.

Alkaest dijo...

Al "Hidalgo Caballero" y al "Sultán de Mágina", digo.

¿Santiago de Carrión?

¡A vosotros os lo voy a decir, para que sepáis tanto como yo!

¡Contra el vicio de pedir, está la virtud de no dar!

Todos estos tópicos, son para ocultar que no tengo buenas fotos de ese templo. No, si me obligaréis a ir allí una vez más. Porque mi idea original era comparar ambas portadas, pero las viejas diapositivas no están ya muy visibles...

Ambas portadas parecen concebidas por la misma mente, y salidas del mismo taller. Los magister que las trabajaron eran de calidad similar, quizá "más fino" el de Carrión. Las 18 figuras de Arenillas, son 24 en Carrión, y parecen incluir más profesiones -¿o quizá son variantes de una sola?-. En Carrión hay menos capiteles, tan solo dos, pero están mejor conservados.
En conjunto, Santiago de Carrión está en la misma línea simbólica de Arenillas: transmutación, regeneración, retorno...

Salud y fraternidad.

Pilar Moreno Wallace dijo...

Es un tema de lo más interesante, pero poco puedo aportar; para mí es un verdadero placer seguir este blog, y su lectura.
Saludos.

Mar dijo...

Coincido con Pilar Moreno Wallace, para mi es un placer leer y aprender de este blog, pues el tema me gusta bastante. Como ando algo pez, poco puedo aportar. Eso sí, felicitar al autor de las fotografías de esta entrada ya están muy conseguidas.

Un saludo.