jueves, 10 de febrero de 2011

Sangalindo, la sombra del tiempo... (I)

Templo de San Bartolomé, en Campisábalos (Guadalajara). [Diapositiva, 12 noviembre 1988].
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En esa esquina geográfica, fronteriza extremadura castellana, donde se juntan Guadalajara, Segovia y Soria, se encuentra la villa guadalajareña de Campisábalos, escoltada por la Sierra de Pela, que corre paralela a la calzada que une Sigüenza con Aranda de Duero a través de Atienza y Ayllón. Recalamos en su altura, una mañana gris y lluviosa, ignorantes de los arcanos misterios que allí nos aguardaban.
Campisábalos esconde uno de los conjuntos románicos mejor conservados y homogéneos de la región, el templo de San Bartolomé, de mediados del s.XIII, atribuido al Magister Domenicus Martín, el mismo que hacia 1182 laboraba en Tiermes y Caracena. En 1638, el párroco del lugar, Joan Montoro, escribía: "...arrimada a la dicha iglesia está la casa capilla y entierro del caballero Galindo, donde hay fundada obra pía".
Que el lugar era utilizado como enterramiento, desde antiguo, se aprecia en las diversas estelas discoidales de su atrio, grabadas con símbolos solares, las cuales formaron parte del primitivo cementerio medieval. Pero ¿quién era ese caballero y por qué se levantó dicha capilla, adosada al templo, a poco de edificarse éste?
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Templo de San Bartolomé, a la izquierda la Capilla de San Galindo. [Diapositiva, 12 noviembre 1988].
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Dicen los viejos del lugar, que allá por la Edad Media, llegó a estos pagos una familia de nobles repobladores, los cuales tenían dos criaturas de corta edad, Galindo y Galinda, que por los azares de la lucha fronteriza resultaron separados. Creció el primogénito y llegó a señorear estas tierras, mas quiso el destino que ambos hermanos se encontraran, en su mocedad, sin reconocerse. Y, ajenos al parentesco, se amaron con juvenil pasión. Pero al cabo, hubieron de descubrir que eran de la misma sangre y, sumidos en la desesperación, tanto por el involuntario pecado cometido, cuanto porque su amor era ya imposible, Galinda murió de pena y vergüenza.
Como expiación y memorial, Galindo levantó para ella esta capilla mausoleo, construyó un Hospital para albergue de pobres y lo cedió a los "caballeros monjes", como dote para entrar en su orden. Administrando dicho Hospital, llevó una vida de penitencia y sacrificio, hasta que, cumplidos sus días, entregó el alma a quien se la dio, mandando sepultar su cuerpo en la capilla panteón, para esperar junto a su amada hermana el día del Juicio Final. Afirman que la historia estaba, grabada en piedra, sobre el interior del muro norte, aunque ahora tan sólo queda una inscripción borrosa e ilegible, al lado de otra, quizá del s.XVI, en la que se cita únicamente al Caballero San Galindo:
"En esta capilla donde está la reja de hierro está sepultado el cuerpo del caballero San Galindo y de la dicha capilla y hospital y bienes y rentas suyas son patrones la Justicia y Regimiento de la Villa de Atienza".
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Capilla de San Galindo. [Diapositiva, 12 noviembre 1988].
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Una variante más reciente, que circuló en truculentas coplas de ciego, afirmaba que ambos hermanos "se enterraron en vida", encerrándose a vivir como ermitaños en la capilla que el caballero había mandado levantar como mausoleo familiar, separados por un muro doble sin comunicación. Y por eso, algunos documentos, llaman ermita a la capilla en que reposan sus restos.
¿Pero tuvo una realidad histórica el Caballero Galindo, o Sangalindo? Ciertamente, aunque hoy sólo nos queden sombras y brumas de su existencia.
Entre mediados de los siglos XII y XIII, tiene lugar la conquista y repoblación de la zona por los reyes castellanos, datando de entonces el pueblo llamado antaño "Casas del Caballero Galindo" y "La Casa de San Galindo", hoy conocido como "Casas de San Galindo", próximo a Jadraque, donación otorgada a dicho señor feudal, quizá por su participación en la batalla de Las Navas de Tolosa (1212) si nos atenemos al escudo heráldico de su enterramiento.
Algunos documentos medievales, testimonian la existencia de un personaje llamado Galindo, que puede identificarse con aquel a quien se atribuye la fundación de un Hospital "de San Galindo", en Campisábalos, dotado de bienes con cuyas rentas se mantenía, entre ellos los del lugar pechero de Casas de San Galindo. En 1694 se afirma que, "desde tiempo inmemorial", tales rentas eran administradas por el Concejo de Atienza. Y aunque, ya entonces, no quedaban documentos que diesen fe de ello, constaba en los libros de visitas como tradición asentada.
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Ventana con tracería mudéjar, que incluye en su centro una "cruz de las ocho beatitudes", de la Capilla de San Galindo. [Diapositiva, 12 noviembre 1988].
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Uno de los muchos enigmas que rodean al comitente de la Capilla, es su patronímico, raro en Castilla pero corriente en el medieval Reino de Aragón. En este nombre, se confunden por igual apellido y cualidades. Así, según diferentes épocas, tenemos estas menciones: "capilla y entierro del caballero Galindo", "sepultura del caballero San Galindo", "caballero llamado Sangalindo", "capilla del santo", "Hospital del santo Galindo", "ermita del santo" -se refiere a la capilla-, etc...
¿Galindo es nombre propio, y San Galindo es afirmación de la santidad del sujeto? ¿San Galindo es apellido, puesto que a veces figura escrito como "Sangalindo"?
Una confusa leyenda, que parece aludir a la santidad de Don Galindo, era contada por los habitantes de Martiniega de Cornudiella -hoy Miralrío-, sito a dos kilómetros del mentado Casas de San Galindo, con quienes siempre han mantenido gran rivalidad. Afirmaban, para dejar claro lo brutos que consideraban a sus vecinos que, al morir San Galindo, los de Casas, en lugar de darle sepultura, lo arrojaron por la pendiente del "gredero" que va hacia el río Henares, dentro de un cuévano, el cual rodó hasta llegar a Campisábalos, donde fue sepultado. El mérito y prodigio, del "santo" caballero, sobre la rudeza de los de Casas, estribaría en que el cuévano hubo de salvar el río Henares, la sierra de Alto Rey, arroyos y valles, amén de setenta kilómetros, en línea recta, hasta recalar en las alturas de Campisábalos.
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Puerta románica, del cementerio de Campisábalos. ¿Procede del Hospital fundado por San Galindo? [Diapositiva, 14 abril 1994].
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En el cementerio de Campisábalos, se conserva una sencilla puerta románica, que algunos viejos del lugar dicen ser los restos del "Hospital del Caballero Sangalindo", mientras que otros afirman tratarse de "la ermita de los Templarios". ¿Era Don Galindo, un caballero donado del Temple, con quienes participó en el combate de las Navas? ¿Qué orden de "caballeros monjes" era ésa en la que ingresó Galindo, como expiación tras la muerte de su hermana?
Otros quieren, que las piedras provengan de la desconocida Ermita de la Magdalena, citada en la visita de 1637 que el Concejo de Atienza hizo al Hospital de Campisábalos: "...la ermita de la Magdalena que está en dicho término como patronos perpetuos que sus mercedes son de las dichas casas y hospital y ermita como consta en los libros viejos". Aunque debe tratarse de una confusión, pues sabemos que la Capilla de Sangalindo era nombrada, en los documentos, como "ermita", y que en ella hay, todavía, una escultura de "la Magdalena" perteneciente al perdido retablo que, hacia 1607, labró Juan de Orihuela en Sigüenza, conteniendo a san Bartolomé, un Cristo, los santos Juanes y la Magdalena, el cual se llevó a Campisábalos en dos carretas de bueyes, señal de su poca envergadura.
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Portada del cementerio, con dos cruces "paté" labradas en su arco. [Diapositiva, 14 abril 1994].
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¿Explicaba, aquella inscripción borrada de la capilla, la verdadera personalidad e historia de Don Galindo, y fue sustituida por la actual, en el s.XVI, para asegurar la propiedad de las rentas a la Villa de Atienza, en detrimento de sus anteriores beneficiarios, los "caballeros monjes"...?
¿Se resuelve todo el misterio afirmando, con algunos estudiosos, que el lugar de Casas de San Galindo, surgió de una alquería de repoblación, crecida hasta convertirse en pueblo, cuyo nombre "verdadero" sería "Casas de San(cho) Galindo"? Esto explicaría el extraño apelativo de "San Galindo", desvelando nombre y apellido, y eliminando de paso la "santidad" del caballero, algo muy conveniente para algunos... Lo que no explicaría, es por qué el vulgo ha venido asumiendo, durante siglos, dicha santidad, incorporándola a su universo mítico de forma tan profunda que la ha rodeado de leyendas, para intentar justificar o explicar la razón de su existencia.
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Salud y fraternidad.

4 comentarios:

juancar347 dijo...

Interesantes aseveraciones para un lugar que aún hoy, al cabo de los siglos, guarda numerosos enigmas. En efecto, en la iglesia de San Bartolomé, se conservan dos imágenes: una del mencionado San Bartolomé y otra de María Magdalena que actualmente se encuentran en la capilla del Caballero San Galindo, habíendo sido recientemente reformada la iglesia. Durante mi visita del sábado pasado, tuve ocasión de hablar con un longevo lugareño -Severino Simón- que me estuvo comentando algunas cosas, entre ellas, por eso la añado, la referencia a la repoblación que haces casi al final de la entrada. Comentaba Severino, que al tal caballero Galindo (muy querido por las gentes) se le confiaban aldeas abandonadas para que las repoblara y dotara de iglesias y hospitales; también me parece un dato interesante, la aseveración de este buen hombre de que, entre la inmensa cantidad de terrenos cedidos por la realeza, estaba la población de Navas de Jadraque, famosa por sus minas de plata y oro. Interesante, así mismo, es la portalada del cementerio donde, efectivamente, aún se aprecian sendas cruces paté insertas en un círculo. Complementario, también puede ser el dato de que las estelas sepulcrales que se exhiben en San Bartolomé, originalmente se encontraron un poco más adelante, donde comienza el murete que sostiene la galería porticada. Otro dato que pude constatar es que la sacristía, aunque de dimensiones más pequeñas, tiene una forma similar a la capilla adjunta del Caballero San Galindo. También se me hizo referencia a que 'en aquélla época, la ayuda francesa era notable', hasta el punto de que todavía existe un convento de monjas francesas en Guadalajara...Cierto que no queda rastro alguno de los hospitales que, según el recuerdo popular, levantó éste por la zona; pero no olvidemos que Albendiego y Campisábalos formaban parte del ramal secundario que partiendo de Cuenca y pasando por Ayllón, se unía en Burgos al denominado Camino Francés. Igualmente, cabe sospechar, por algunos elementos silenses, la mano de la escuela que trabajó en Tiermes y Caracena. Un abrazo

Alkaest dijo...

Gracias por tus aportaciones, compadre Juancar.

El "trabajo de campo" es muy gratificante, cuando se encuentran -cada vez menos- lugareños, entrados en años, dispuestos a comunicar su sabiduría popular. Ellos son, la "memoria de los tiempos idos", o como titulo mi entrada: "la sombra del tiempo", en recuerdo de los ancianos que hace ya tantos años tuvieron a bien compartir conmigo parte de sus conocimientos ancestrales. Sus noticias, aunque no siempre sean total y completamente exactas, son un testimonio de valor incalculable. Representan, una de las muchas pistas para encontrar el "tesoro del dragón"... Ese viejo "dragón de la Historia", que guarda celosamente sus joyas en el fondo de la caverna.

Esta zona, como bien sugieres, no se acaba con Campisábalos y su Don Galindo, está imbricada en una zona más ámplia, donde se interrelacionan numerosos elementos históricos y míticos, cuyo estudio es apasionante.

Salud y fraternidad.

Baruk dijo...

Un interesante lugar que aún no he tenido la oportunidad de visitar, ...tomo nota en mi libretita invisible para futuras ocasiones!

Y sobre la leyenda de Galindo y Galinda ...jó! menudo marrón les cayó a los pobres!! Si hubieran nacido hoy en día, otro Gallindo cantaría!

Salud y románico

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NOSFERATU dijo...

Gran sorpresa me he llevado que he encontrado vuestro blog de manera fortuita por buscar vihuelistas. Me parece muy erudito y ameno leer algunos de sus ultimos articulos mostrados en este su blog, por lo que con vuestro permiso, me permito agregarle a mis favoritos. Un saludo muy afectuoso desde México.