En la frontera de Guadalajara con Soria, encastillada entre las sierras de Pela, al norte, y Alto Rey, al sur, se creó en tiempos de la repoblación castellana una villa, perteneciente al señorío de Atienza, y luego al común de Miedes, que alcanzaría cierta prosperidad en los ss.XII-XIII. La suficiente, para alzar allí un precioso templo, románico, con galería porticada, bellamente decorado.
Con posterioridad, el lugar fue perdiendo su importancia, en favor del vecino pueblo de Condemios de Suso -ahora, Condemios de Arriba-, para acabar desapareciendo, hacia el s.XVII, de modo que hoy incluso su nombre medieval resulta confuso, aunque algunos lo nombran Despoblado del Páramo.
Ese nombre, le viene por estar situado en el alto páramo al norte de Condemios de Suso -o, de Arriba-, junto al camino que lleva a Campisábalos, en un erial donde sólo quedan montones de irreconocibles piedras.
El tiempo y la incuria humana no mostraron respeto por los venerables restos, una vez arruinado el templo sus sillares fueron aprovechados, por los vecinos del contorno, para los más diversos menesteres.
Hoy, desconoceríamos por completo la riqueza de dicho templo, si no fuese por el azar. Según algunos ancianos de Condemios de Arriba, cuando ya todo había desaparecido, a fines del s.XVII o principios del XVIII, arando unos campos contiguos a las ruinas del Despoblado del Páramo, aparecieron enterradas algunas piedras primorosamente labradas, que se trajeron al pueblo para aprovecharlas en la construcción de varias viviendas.
Se trataba de algunos capiteles esculturados, dobles, con sus cimacios, que por su estructura se revelaban pertenecientes a una galería porticada -hay una pareja prácticamente idéntica en la galería de San Pedro de Caracena, y otra en la de Santa María de Tiermes, ambas en la vecina Soria-.
Aparecieron también restos de cornisas con trabajos de entrelazos, varios canecillos esculpidos, "uno que figuraba un bonito jabalí, y otro un músico con rabelillo", más algunos relieves de figuras, regularmente conservados, y otros con círculos crucíferos.
El hallazgo más misterioso, consistió en una sepultura, con restos óseos, en la que se hallaba una espada "muy, muy vieja", indicio de que allí estaba enterrado un caballero.
Aparecieron también "otras cosas curiosas y de valor, figuras de piedra y monedas antiguas, que se perdieron sin saber cómo..." Aunque quizá no "se perdieron", sino que las guardaron algunos vecinos, cuyos descendientes todavía las conservan, celosamente, si no las vendieron a cualquier astuto trajinante... Pero sobre ese tema, nadie se pronuncia claramente entre los lugareños "barranqueros", todos acaban coincidiendo, como mucho, en que tales objetos se hallan "en paradero desconocido".
En lo que si permanecen unánimes, es en afirmar que, desde el descubrimiento de la sepultura, en las noches sin luna, se aparece por el páramo "la Pantasma", el espectro del caballero, como presencia fantasmal, que vaga entre las ruinas buscando su espada.
Por eso, desde que se pone el sol, nadie del pueblo se acerca por allí, los pastores prefieren dar un rodeo para volver a sus rediles, y los perros de los cazadores aúllan lúgubremente si pasan por las cercanías.
Condemios de Arriba, cuyo nombre parece provenir de Kanadmios o Kandamios, epíteto de una divinidad celtíbera, asimilada a Júpiter por los romanos, conserva una rica arquitectura popular, típica de la zona serrana, con casonas de piedra sillar, vanos adintelados y esculpidos, etc.
Integradas en ella, se encuentran las poquísimas piedras románicas de aquel templo del Despoblado del Páramo, que todavía son visibles. Podemos verlas, incrustadas en una casona de dos plantas, en la calle mayor.
En la parte superior de la esquina sudeste, que da a un estrecho callejón, bajo el alero, como acobardado entre cables, canalones, la farola y una antena de TV, podemos ver un doble capitel de excelente factura, con bien tallado relieve de cestería, incrustado en posición invertida, y coronado por su cimacio de entrelazo.
La fachada principal luce, empotrado a media altura entre puerta y ventana del piso bajo, el citado relieve de círculos crucíferos, desafiante en su enigmático simbolismo... En el alfeizar de las ventanas superiores, se emplean restos de otros cimacios, con bellos entrelazos.
Eso es todo cuanto hoy nos es permitido contemplar del perdido templo del Páramo. De haber allí algunas otras piedras trabajadas, no son visibles.
El día de la fiesta, los danzantes de Condemios de Suso -o, de Arriba-, enrazados en la tradición celtibérica, dirigidos por el Zarragón -o, Zagarrón-, interpretan canciones y bailes de paloteo, al son de dulzainas, castañuelas y tamboriles, siendo la más vistosa "El Cordón", porque en ella se utiliza un tronco alrededor del cual, los danzantes, van entrelazando cintas según el ritmo del baile.
No preguntéis aquí por el Despoblado del Páramo, y las perdidas piedras de su templo, porque sólo os darán evasivas o vagas noticias de su existencia. En cambio, si preguntáis a los amables vecinos por los danzantes, os relatarán gustosos todo cuanto hay que saber sobre ellos, incluso es posible que entonen alguna estrofa de sus cánticos tradicionales.
bailan los sapos,
tocan las castañuelas
los renacuajos".
"El que tenga batán y molino,
puerta falsa y mala mujer,
poco pan y muchos hijos,
no le faltará que hacer".
"Si quieres que te ronde la puerta,
tabernera de mi corazón,
si quieres que te ronde la puerta,
dame del vino mejor".
Salud y fraternidad.
6 comentarios:
En efecto, esto del reciclaje de materiales de construcción lleva muchos años que lo inventaron "las necesidades y el practicismo" del hombre.
Sin embargo, actualmente, el hombre ha perdido de vista el tema del reciclado de los restos de las construcciones, y se inventan cosas esperpénticas creyendo que estan descubriendo "la sopa de ajo"!
Nada nuevo bajo el Sol...
Un abrazo,
Buscando información sobre unos girasoles tallados en la portada de una antigua ermita de mi pueblo Huelma (Jaén), y sobre su significado me encontré con agrado con su blog, mi felicitación por tan arduo trabajo.
Creo que estas representaciones en la piedra eran talladas por los canteros como talismán para auyentar a las brujas y cosas así, usted que cree?
Un saludo
Angel del Moral
Buscando información acerca de unos girasoles que hay tallados en la piedra de la portada de una antigua ermita de mi pueblo (Huelma-Jaén), me encontré con su blog, felicidades por tan arduo trabajo.
Usted cree que estas representaciones vegetales eran utilizadas como talismán para auyentar a brujas y cosas así?
Un saludo
Compadre Pallaferro.
Si pudiésemos ver el interior de los muros y cimientos, en las construcciones antiguas de los pueblos, nos quedaríamos pasmados con la cantidad de piedras esculturadas que guardan.
Ese reciclaje, en lo que al arte respecta, solo nos resulta util cuando dichas piedras quedan a la vista. Lo cual, lamentablemente, sólo sucede en el uno por ciento de los casos.
En cuanto a inventar... salvo los cachivaches tecnológicos, en efecto, poquito, poquito, hay nuevo bajo el Sol.
Amigo Ángel.
En efecto, según lo que la etnología nos muestra, los símbolos que antaño se colocaban sobre las viviendas, ya sea en los dinteles de las puertas, o en otras partes de la casa, tenían un fin "apotropaico", es decir, como protección, para desviar las influencias maléficas.
Los amuletos en forma de poliskeles, rosáceas, y demás figuras que simbolizaban el disco solar y su energía benéfica, no desaparecieron con la llegada de la religión judeo-cristiana. Permanecieron en el imaginario popular, y los antiguos amuletos se fueron mezclando con los de la nueva religión: cruces, copas, custodias, etc.
Pero el significado de su función, continua siendo el mismo: defender la vivienda del mal, ya se trate de brujas, el diablo, espíritus errantes, y demás catástrofes.
Salud y fraternidad.
Mira que ya echaba de menos que no sacaras este tema, ya que tanto disfrutamos buscando todo indicio que se pusiera a tiro, exponiendo, además, unos datos muy interesantes de los que tomar debida nota, contribuyendo, además, a colocar otra pequeña pieza en el enorme puzzle histórico que es este país. Curiosa la leyenda del caballero, y sin pretender hacer de abogado del diablo, me viene a la mente esa famosa frase de don Rafael Alarcón, que dice: 'cuando el río de la tradición suena, agua histórica lleva'. Estupenda exposición. Un abrazo
Es que el compadre Alarcón habla poco, pero cuando lo hace...
En fin, yo también disfruté mucho de tu compañía, "trasteando" por ese y otros pueblos de Guadalajara, como perros lebreles en busca de presa...
Salud y fraternidad.
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