viernes, 16 de mayo de 2008

Eunate, un emigma románico con ocho lados y cien puertas

Templo de Nuestra Señora de Eunate, s.XII (Navarra).
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Sobre este Templo de la Humanidad se han dicho muchas cosas, quizá demasiadas cosas, grandes verdades y grandes tonterías. Pero todavía no se ha dicho toda la verdad... ni todas las tonterías.
Y es que este edificio Sagrado, como todo símbolo auténtico, no tiene un solo significado. Tiene tantas interpretaciones como lados, aristas y ángulos, hay en su estructura. Cada cual, según su nivel espiritual, intelectual y humano, puede tomar las que quiera. Pero solo serán válidas, si no desprecia con ello las interpretaciones de los demás, si no pretende imponer “su” idea de Eunate a quienes vean allí otra cosa de lo que el, o ella, ven.
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A nosotros nos gusta meditar sobre su simbolismo geométrico-matemático, tanto como sobre su simbolismo cosmogónico. Aunque, después de todo ¿no son ambos conceptos dos caras de la misma moneda? ¿O mejor, dos lados del mismo octógono? Y acaso, puede que sean dos puertas, de las cien que, dicen, dan su nombre al lugar.
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Descubrimos el Templo Universal de Eunate, camino de Compostela, cuando por aquí no pasaban más que pastores con sus rebaños, algún agricultor a lo suyo, y dos o tres peregrinos durante el buen tiempo. Entonces, la energía del lugar, era tan intensa, que podías sentirla vibrar en la planta de los pies si caminabas descalzo por sus baldosas, ya fuese en su extraño “claustro-al-revés” o en la penumbra del recinto interior.
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Ahora, cuando prácticamente han desaparecido pastores y agricultores, los peregrinos llegan a miles durante todo el año, y los autocares cargados de turistas vomitan su carga humana a las puertas mismas del lugar Sagrado... Bueno, la energía todavía sigue ahí, pero hay que repartirla entre más y más personas, algunas de las cuales no son todo lo positivas que debieran, y distorsionan este octogonal generador telúrico.
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Algunos turistas estorban, con su bullicio fotográfico, a determinados fieles creyentes, éstos parecen fastidiar con sus rezos a ciertos “seudo-ocultistas” o “seudo-esoteristas”, quienes, a su vez, pueden incomodar a unos y otros con sus observaciones sobre “magia” y “misterio”. De añadido, alguna familia con sus bulliciosos retoños, que corretean sin control por el reducido espacio interior, hasta que alguien pierde la paciencia y reconviene a los padres. Cosas de la efervescente diversidad humana.
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No importa, Nuestra Señora de Eunate, última reencarnación de la Madre Tierra que aquí se manifiesta, nos mira a todos con cara de paciencia. Porque, por encima de dogmas y creencias temporales, Madre Naturaleza, Madre Tierra, Diosa Madre, Virgen Madre, ella es sobre todo madre intemporal de la humanidad. Tanto comprende al que cree esto, como al que piensa lo contrario, su enigmática sonrisa lo desvela. Y no escatima, para nadie, la energía que brota de su profundo seno. Al fin y al cabo, como todo lo espiritual, depende en última instancia de cada quien la cantidad que acoja y el uso que haga de ella.
Salud y fraternidad.

2 comentarios:

Paco Torralba dijo...

Quizá en eso radique gran parte de su encanto,en su enigma, nos guste o no, irresoluble.Pero, muchas veces, en las hipótesis y teorias que hacemos, encontramos otras salidas que nos ayudan a comprender mas otros conceptos.
No creo qeu nadie fastidie con sus rezos ni nadie con sus teorias ocultistas o esotericas. Tenemos que caber todos, aunque , estoy seguro, en esto del "ocio-cultural" casi obligatorio, hay mucha gente fuera de sitio. Observadlos y lo veréis.

Alkaest dijo...

Mucha gente fuera de sitio y, lo que es peor, queriendo sacar del suyo a otros. La escena que describo la vivimos en primera persona, aunque me abstendré de proporcionar más datos por no ofender. Cuando uno cree haberlo visto todo, respecto a la humana condición, se da cuenta que no sabe nada de nada. Como dijo aquel: "¡Cosas veredes, mio Cid, que farán fablar las piedras¡" (R. Menéndez Pidal, "Flor nueva de romances viejos").