viernes, 7 de noviembre de 2008

¡Al druida lo pintan “calvo”!

Sobre la arquitectura románica peregrinan unos singulares personajes, que causan nuestra extrañeza por el peculiar corte de pelo que lucen. Porque se trata de corte de pelo, intencionado, y no de calvicie.
¿Estamos ante una moda, impuesta por los estilistas románicos? ¿Es un símbolo de rebeldía, adoptado por los inconformistas del primer medievo? ¿Se trata de una señal de reconocimiento, para los componentes de algún grupo heterodoxo?
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Los compañeros escultores, por norma, representaban escenas simbólicas referidas a los mensajes religiosos que cada patrón les encomendaba fijar sobre la piedra. Pero, salvo en el caso de los monstruos y animales mitológicos, sus personajes reflejan exactamente los tipos corrientes de la época. Vestidos, utensilios, rostros, armas, adornos y peinados están sacados de la vida diaria. Se puede hacer un perfecto catálogo, de la moda del momento, con las imágenes de los templos románicos: capiteles, arquivoltas, canes, tímpanos, despliegan la rica variedad de vestimentas, joyas y peinados de la sociedad, en todos sus estratos.
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Entonces ¿a qué responde el extraño corte de pelo, antes aludido? No son calvos, pues aquellos afectados de alopecia están representados tal cual. Y tampoco parece ser una moda, pues los ejemplares conservados son escasos, comparados con la rica variedad de modelos capilares más comunes.
¿Y qué otros peinados existen que sean poco usuales, que correspondan a un grupo específico de individuos? Que nosotros sepamos, tan sólo la tonsura, esa corona circular de cabello sobre el cráneo afeitado de los monjes, para indicar su entrega al hábito y al dios que sirven. Y aquí está “la madre del cordero”, porque esa tonsura, conocida como “de San Pedro”, surgida hacia el s.IV, es propia del clero que en la nueva religión sigue el rito romano.
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Sin embargo, durante el medievo, existieron diversos ritos: bracarense, visigodo, celto-irlandés, sirio, armenio, copto, etíope, etc. Algunos subsisten hasta hoy –quedan unos veinte ritos litúrgicos-, otros, como el visigodo o el celta, fueron suprimidos pronto. Y precisamente entre los monjes célticos, una peculiaridad de su rito era la tonsura llamada “de San Juan”, Maghi o Mag, rasurando la parte central y delantera del cráneo, pero dejando un mechón posterior y los laterales.
Cuando el Sínodo de Whitby, en el 664, unificó con el romano el rito irlandés –es decir que lo borró del mapa-, una de las características que se prohibió expresamente fue la tonsura celto-irlandesa, implantada por San Patricio, pero de herencia druídica. Cuya condena habían recogido ya los Concilios de Toledo y Braga, en el s.VII, demostrando que tal práctica era común en los reinos hispano-romanos, evangelizados en parte por monjes celtas.
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Y visto lo visto, en diversas esculturas románicas, parece que las costumbres rituales del monacato céltico continuaron mucho después de su prohibición, hasta bien entrado el siglo XII, según demuestran las tonsuradas esculturas de los templos.
¿Cómo es posible? ¿Se trata de monjes rebeldes a la obediencia romana? ¿Grupos de creyentes heterodoxos? ¿La fuerza de la costumbre? No olvidemos, que las creencias y sus prácticas son más fáciles de condenar que de erradicar... No olvidemos, que el mundo románico es un laberinto del que desconocemos muchos recovecos...
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[Dedicado a mis "bruj@s" de Barahona].
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Salud y fraternidad.

10 comentarios:

Unknown dijo...

La Pascua y la tonsura, son otras señas de identidad heterodoxa del pensamiento y forma de vivir del “hombre románico” irlandés. La iglesia irlandesa celebraba la Pascua en fecha distinta a la romana, lo que se consideraba vital para la salvación del hombre, pues influía en el orden del Cosmos que Dios había infundido. Por otro lado, el irlandés sigue la tonsura de San Juan, con media cabeza rasurada por delante y laga melena por detrás y, a veces con bolsa al cuello para contener la hostia consagrada, mientras que la occidental, sigue la tonsura de San Pedro con toda la cabeza rasurada y corona de pelo circundante.

Os cuento esto amigos, porque es importante estudiar las imágenes y formas de representar los pecados, el pesaje vindicativo, la figura que nos mira desde el capitel y hasta las llaves que se repiten con profusión, pues no en vano, fue en el Sínodo de Whitby, donde con apoyo del rey de Northumbria, prevalecen la tesis de Wilfred sobre las del abad Lindisfasrne y acaba imponiéndose el cómputo romano de la Pascua sobre el cómputo irlandés. ¿Sabéis cual fue el argumento del rey?. Pues que se debía obedecer a Pedro porque él tiene las llaves del cielo, pues es su portero.

Nosotros, por de pronto, nos anticipamos y le sacamos brillo a una del Camino del Este para que pudiera ser fotografiada. Pero en lugar de sorprender, resultamos sorprendidos por el dato nuevo que nos fue revelado: mientras pulíamos al tonsurado, una Sheela-na-Gigs nos vigilaba.

Salud y románico

Alkaest dijo...

¿Con qué especie de locos divinos nos hemos topado? ¿Pero cómo se puede ir por ahí sacando brillo a las tonsuras? Luego querréis que os tomen en serio...

Por cierto, me han dicho que van a prejubilar a san Pedro, porque para abaratar costes piensan poner portero automático en el Cielo.
Así que ya sabéis, cuando toquéis al telefonillo celeste y pregunten: "¿Quíen es?", el truco para que os abran es contestar con voz muy cantarina: "¡Cartero comerciaaal!".

Salud y fraternidad.

pallaferro dijo...

No sé si calvos, tonsurados o qué.

Pero...

!Vaya pandilla de brujos que se reunieron por esos lares!

Un abrazo.

Baruk dijo...

..ejem.., bueno yo creo que lo mejor es presentarse directamente a las puertas del cielo luciendo una buena tonsura magi.

Tengo entendido que en aquella época era signo distintivo de gente instruida y sabia,

... y como ya sabemos que los virtuosos van al cielo, igual cuela, no?

Salud y románico

Alkaest dijo...

No se si será debido a mi toque genético, por parte de Eva, pero nunca he estado muy seguro de que acabasen de gustarme ese cielo y sus virtuosos moradores. ¿No resultarán empalagosas tanta bondad, tanto éxtasis, tanto cántico celestial y tanta monserga divina...? Claro que, si la alternativa es el "parque temático" del otro gachó, el de los cuernos y el tenedor, tampoco estoy nada seguro de que me agradase una eternidad de infernal cachondeo.
¿No existirá un cómodo lugar, para la gente sencilla, sin complicaciones, que se conforma con un buen pasar, sin frío ni calor, sin oropeles celestes ni bullas del Averno?

Salud y fraternidad.

Anónimo dijo...

¿Y que tal el nada de nada aquí se acabó todo?.. . . . . .







Un saludo Esca

Alkaest dijo...

Como dijo una "filósofa popular", sentada placidamente bajo los soportales, en la cordobesa plaza de La Corredera: "El Infinito, vacío insólito".

Pero claro, para gustos se hicieron los colores. El que disfrute imaginando dioses, que lo haga, y el que goce imaginando "vacíos insólitos", pues también.
Total, hasta que no suceda lo inevitable no vamos a enterarnos de la realidad. Y entonces, ya no tendrá arreglo...

Salud y fraternidad.

ArtuROM dijo...

¡Vaya! Lo que empezó como una pasarela de peinados está acabando en una reflexión profunda sobre la muerte y sus consecuencias ¡Es un asunto de pelos! En cualquier caso, hagamos caso a lo que dice la sabia jota castellana: "a vivir que son dos días, y a los cien años "tós" calvos".

Ah, y ya que las modas suelen ser cíclicas, ¿para qué fechas toca retomar el gusto por todos estos cortes de pelo? Es por informarme un poco, ya que este tipo de modas y yo nunca solemos ir a la par...

¡Un saludo!

Alkaest dijo...

Como no tengo un pelo de tonto, me doy cuenta que estáis cogiendo el asunto por los pelos, y se me está poniendo el pelo de punta. Así que, antes que acabemos todos espeluznados, será mejor dejar de filosofar sobre "el vacío insólito", que si nos ponemos nihilistas vamos a pillar una "depre" muy peliaguda...

Salud y fraternidad. [Y recuerdos a vuestro "estilista"].

patadeoca dijo...

... y yo con estos pelos!!!!

SOS... depilación!!!!