martes, 17 de noviembre de 2009

¿Románico andalusí...? (IIª)

El curioso templo de La Magdalena (Córdoba), que se alza en la Ajerquía, auna caracteres del gótico incipiente, con un decadente soplo románico, y ha llegado hasta nosotros por puro milagro. Sufrió siglos de remodelaciones, hasta que al inicio del XX fue cerrado al culto. Hacia los años sesenta se retiraron las falsas bóvedas barrocas, y se produjo el espejismo de una pronta restauración. Todo en vano, continuó cerrado y abandonado a su deterioro, eso sí, se aprobó un proyecto de restauración nunca realizado, y en 1982 fue declarado Monumento Nacional. Al fin, en 1990, sufrió un incendio. El fuego arruinó el templo, la techumbre vino al suelo y arrastró los arcos. ¡Aleluya!
¡Ahora sí! ¡Ahora había, por fin, motivos para una “restauración seria”! Seria, pero sin prisas, se tardó una década para convertirlo en centro cultural, patrocinado por una Caja de Ahorros, cerrado al turismo y vedado a los fotógrafos...
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Este fue uno de los primeros templos en levantarse tras la conquista, quizá por ello conserva elementos mas “primitivos”. Su ábside mayor es poligonal y los laterales rectos, cubiertos con bóvedas de crucería góticas. Este tipo de cabecera, viene influido por templos burgaleses, como San Andrés del Arroyo, Las Huelgas, o el templo abacial de SªMª de Huerta. La torre medieval desapareció, reedificada a fines del XVIII.
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Su fachada oeste refleja la estructura interna, de tres naves, aunque carece de los contrafuertes que caracterizan este tipo de templos, función que parece ejercer el macizo cuerpo saliente de la portada.
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El cuerpo central presenta un gran rosetón con cabezas de clavo y tracerías de gusto mudéjar -muy restauradas-, bajo él está la portada principal.
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Sobre grueso cuerpo saliente, coronada por un incipiente gablete en cuyo ángulo hay un pequeño óculo ojival, de tres lóbulos, que pudo contener una imagen, destaca la portada de arcos apuntados.
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Sus arquivoltas, con extradós de espirales y florones vegetales, son propias de un gótico inicial que empieza a desprenderse lentamente de las fórmulas románicas.
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No obstante, el intradós, con sus dientes de sierra calados, nos remite al románico final de templos burgaleses y sorianos. Las arquivoltas reposan sobre un friso corrido, en el que se integran las columnillas, esculpido con vegetales entre los que corretean animales y picotean pájaros, todo muy deteriorado, casi perdido .
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La portada norte, también en saledizo, presenta tejaroz de modillones califales, extradós de cabezas de clavo, y capiteles a base de vegetales y personajes, todo muy deteriorado; en las enjutas queda un arcángel san Gabriel, fines s.XIII, parejo de la perdida Virgen del otro lado.
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La portada sur, es también de gran originalidad. Un alfiz mudéjar, a base de cabezas de clavo, enmarca las arquivoltas, de medio punto, cuyo intradós presenta los clásicos dientes de sierra, que fueron tan comunes en cierto románico.
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Otro recuerdo musulmán, son los modillones de rollos, con cinta lisa, de tradición califal.
En resumen, un templo donde se dan cita, a pesar de su arcaísmo, los diversos impulsos artísticos que, sumados, hicieron posible este peculiar “románico andalusí”.
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Salud y fraternidad.

2 comentarios:

Baruk dijo...

No sabía que los modillones de rollos eran de tradición califal.

Interesante, interesante


Salud y románico

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Alkaest dijo...

Mucho habría que extenderse sobre la "tradición califal", de los modillones de rollos, y la intervención mozárabe...
Lo cierto es que se emplearon, extensamente, en edificios musulmanes de al-Andalus, quizá por la prohibición islámica de representar imágenes. Estas configuraciones, puramente geométricas, tenían también simbolismo propio, dentro de su mundo "abstracto". No olvidemos que toda la geometría figurada, en yeserías, cerámicas o madera, responde a un complejo simbolismo espiritual de la religión musulmana.
Aunque, pretender trasponer ese simbolismo, al mundo románico, es un tanto arriesgado, pues se trata de concepciones espirituales, quizá paralelas, quizá ocasionalmente coincidentes, pero esencialmente diferentes.
Como dije al principio, no es éste el lugar para extenderse sobre ello. Pero ya tendrás ocasión de verlos, in situ, cuando vayas a la Mezquita Aljama de Qurtuba.

Salud y fraternidad.