lunes, 23 de noviembre de 2009

¿Románico andalusí...? (Vª)

Situado en la Ajerquía, junto a la muralla separadora de la Medina, se alzaba el Real Convento de San Pablo, de frailes predicadores, fundado por Fernando III en 1241. Era una rica y extensa propiedad, con claustro, huertos, y el disfrute de numerosas casas, mesones, derechos de agua, etc., en su entorno. No estamos en un enclave cualquiera, se trata del nuevo Foro Provincial de la Colonia Patricia Corduba, justo enfrente se encuentran las ruinas del Templo Imperial Romano, s.I-II d.C., y San Pablo hunde sus cimientos sobre el Circo Romano, de igual fecha.
.
Hoy día, tan solo nos queda el templo de San Pablo, habiendo desaparecido todos los edificios conventuales, tragados por el urbanismo de sucesivos siglos, y a punto estuvo de perderse el propio templo en la desamortización del s.XIX. Una afortunada restauración, de 1900, rescató del olvido este magnífico edificio, aunque, como en el caso de Santiago de los Caballeros, se encuentre “sitiado” por numerosas casas adosadas y solo puede ofrecernos íntegro su magnífico interior.
.
La estructura del templo es borgoñona, cisterciense, de transición románico-gótica: tres naves de altura desigual y cabecera triple, ábside central poligonal, y laterales rectos con interior curvo. Esto solo se vuelve a encontrar en el templo de San Pedro, y refleja cierto primitivismo, a más de una estrecha relación con el modelo del Cister, propio de la escuela hispano-languedociana, uno de cuyos ejemplos está en el Monasterio de Palazuelos (Burgos). La peculiar estructura románica, arcaizante, se aprecia también en los vanos absidales, todos de medio punto.
.
Las piezas “de acarreo”, o reempleo, son claramente visibles, pues su utilización en un edificio para el que no fueron creadas hace evidente el añadido. Tenemos columnas, superpuestas y adosadas a los pilares del edificio, algunas recortadas, hasta completar la altura deseada, y sujetas al muro mediante grapas metálicas. Los capiteles, por su parte, son romanos o de tradición romana a través de visigodos y musulmanes, con hojas de acanto corintias, mientras que otros son directamente islámicos propios del arte califal, de los ss.IX-X, con trépano en avispero, procedentes tanto de mezquitas como de edificios particulares.
.
Como en los demás templos del grupo cordobés, solo aparece abovedada la cabecera, con crucería apoyada en ménsulas, mientras las naves, por influencia mudéjar, se cubren con armadura en madera a base de par y nudillo de lacería. La cubierta de los ábsides laterales, al igual que los de San Pedro, son singulares en Córdoba, ya que presentan bóvedas de horno, señal de su “primitivismo” tardío.
.
En su fachada oeste, las reformas del s.XVI, hicieron desaparecer la portada medieval y taparon parte de los contrafuertes que enmarcan el rosetón. La cornisa es típicamente románica, a base de modillones de rollos y cinta lisa, de tradición islámica, aunque existen algunos de talla mudéjar, muy maltratados y encajonados entre la Capilla de Doña Leonor. Estos últimos, decorados con rizos vegetales y motivos abstractos, serían evolución de ejemplares emirales a través de los mozárabes.
.
La portada norte sigue el modelo ya descrito en otros templos cordobeses, con la típica faja ornamentada, aunque aquí cabe destacar que los capiteles son musulmanes, ss.IX-X, de avispero con trépano, colocados durante la restauración. No obstante, el tejaroz puede datarse en la reforma del s.XV, obra mudéjar en madera. En conjunto reproduce modelos cistercienses del s.XIII, como la portada oeste de Sasamón (Burgos), aunque más estilizada.
.
La portada sur, que daba acceso al claustro, queda hoy en función de entrada a una pequeña capilla, y es otra originalidad de este templo. De arco ligeramente apuntado, con cierto abombamiento, que le confiere un claro aire islámico de sabor mudéjar, su extradós lleva cabezas de clavo y el intradós unos dientes de sierra, de tradición románica en el Cister. Estas peculiaridades, nos hacen añorar el desaparecido claustro medieval. ¿Sería igual de sorprendente?
.
La curiosa capilla de Doña Leonor López de Córdoba, s.XV, hija del Maestre de Calatrava, tenía ocho rosetones, de los que restan cinco, uno de ellos entremezcla lacerías mudéjares con tracerías góticas, en singular maridaje cultural prolongado a través de los siglos.
.
La Capilla de los Hoces, conserva tres ventanas mudéjares, con arco lobulado y alfiz, más celosía de piedra, califal, con lacería de estrellas. En su interior hay capiteles musulmanes y romanos, que delatan su antigüedad y carácter mestizo. No olvidemos que la Capilla de los Santos Mártires, aprovecha las piedras de un oratorio almohade, cuya cúpula octogonal se inspira en las capillas laterales del mihrab de la Mezquita Aljama. Y que luego, fue fama que allí se habían aparecido las ánimas de diversos mártires, que derramaron su sangre en el circo romano enterrado bajo sus cimientos.
Señal todo ello de las diferentes utilizaciones y reutilizaciones, de este espacio, desde los tiempos romanos hasta la conquista de Fernando III.
.
Salud y fraternidad.

3 comentarios:

pallaferro dijo...

Pues ahora, con tanta entrada de "romanicoandalusí.com" ya no sé si vale la pena bajarse al sur... ya estará todo visto !

¿¿Todo?? NO !!! Todavía hay un pequeño rincón de Andalucía que todavía no se ha visto en "romanicoandalusi.com" y un equipo de reporteros, paparazzis, radares del simbolismo y otras hierbas se han dispuesto arrebatar con toda "piedra labrada" que se cruce por el camino, aunque sea un canto de río.

Y, además, lo mejor de todo esto de bajar al sur es poder ver y abrazar a los amigos!

Alkaest dijo...

Amigo Pallaferro, ni está todo visto, ni es lo mismo la foto que la presencia.

Quizá todavía haga una o dos entradas más, y ya me las agradeceréis, sobre todos las de interiores, pues nunca es seguro poder visitar los templos al completo. Ni todo, ni todos.

Además, así ya vais preparados con esta leve idea, y como siempre pasa, descubriréis vuestros propios detalles, o piedras particulares, que buen ojo tenéis para eso...

Y sobre todo, a vivir el ambiente, a respirar el aire, a captar el poso de los siglos, y la magia sutil que flota por doquier, esperando quien sepa captarla.
Eso sí, hay que tener entereza de ánimo para sobrellevar, y soslayar, el barniz turístico de que muchos lugares están revestidos. ¿Pero qué es eso para unas personas tan viajadas como vosotros?

Y una última precisión, el "románico andalusí" es una promesa que hice a cierto Sultán de Mágina, tiempo ha, cuando nos lo encontramos por Córdoba "la llana". Promesa que permanecía incumplida, cosa que no se podía consentir...

Salud y fraternidad.

Syr dijo...

Dices verdad, compañero del alma. Que entre codornices y alcauciles a la montillana, con rosado navarro para el trasiego, un Caballo Rojo fué mudo testigo de tu compromiso que ahora veo, sobradamente, recompensado.

Y es que lo bueno, hay que cocerlo al amor de lumbre.

Ya en ocasión anterior, ejercí como improvisado guía del Fende en este templo, aunque con menos sabiduría que la que muestras.

Los abrazos se hacen largos con tan breve espera.

Salud y románico