La casa que poseía la Orden del Temple en Puente la Reina (Navarra), quizá una Preceptoría Menor, dependiente de la cercana Encomienda de Aberin, debe su popularidad a un afamado santuario mariano dedicado a Nuestra Señora de los Huertos.
No obstante, a pesar de la fama y devoción que gozaba entre los agricultores de los contornos, y entre los peregrinos jacobeos, la imagen templaria de la Virgen de los Huertos, las principales leyendas de este templo proceden del fabuloso Cristo gótico. Colocado allí a finales del s.XIII, su adoración llegó a eclipsar la que el pueblo sentía por aquella humilde Virgen agrícola, patrona de la casa de los Caballeros Templarios y de su Hospital jacobeo.
Resulta curioso, que la veneración del Cristo comenzase alrededor de los difíciles años que precedieron al juicio, y posterior disolución, de la Orden del Temple. Sucesos que, sin embargo, no afectaron la fama que, con singular rapidez, había adquirido entre el pueblo, hasta el punto de cambiar la advocación de la capilla templaria, que pasó a denominarse "del Crucifijo".
Quizá eso fue lo que permitió que, a la disolución de la Orden, se formase una enigmática cofradía para segurar el culto y mantenimiento de la capilla y el Hospital. En ella, ingresaron nobles locales y algunos caballeros ex templarios, a quienes, una vez depurados, se permitió recibir una pensión y continuar en la casa, según las resoluciones del Concilio de Vienne.
Pero, ¿que tiene de extraordinario este crucificado, aparte de haber pertenecido a los caballeros del Temple?
Sorprendentemente, lo insólito no reside en el Cristo, sino en la forma que adopta su cruz. Forma de ¡Pata de Oca! Uno de los principales símbolos de los Compañeros Constructores, imagen de la mano divina, que guía la construcción de todos los edificios, levantados según las reglas de oficio de la tradición, enseñada por los Maestros Antiguos. Símbolo del iniciado que, trascendiendo sus limitaciones, ha alcanzado el grado de Magister. Pero también, símbolo rúnico de la Vida, utilizado por los pueblos de cultura céltica.
Muchas leyendas rodean esta peculiar imagen pero, en esta ocasión, nos centraremos en una que implica también a otra imagen puentesina.
Cuentan en Puente la Reina, que cuando la Orden del Temple fue extinguida, mediante inicuas falsedades y calumnias, al abandonar el último caballero el templo de Nuestra Señora de los Huertos, se despidió del Cristo emplazándolo en voz alta: "A ti pongo, Señor, por testimonio de nuestra inocencia".
Entonces, Jesús inclinó la cabeza, como asintiendo a la exculpación que se le demandaba, y de su costado brotó sangre, en presencia de todos los vecinos que habían acudido al desalojo. Desde ese día, la sagrada llaga está roja y fresca, como si acabara de abrirse ante el lanzazo de Longinos. Y el Cristo, nunca ha vuelto a levantar la cabeza, tanta es su vergüenza por la inicua complicidad de la Iglesia en este fraudulento proceso.
Dicen también, que la imagen del Santiago peregrino, existente en la iglesia puentesina de su advocación, conocida entre el pueblo como Santiagobeltza -"el negro"-, por el tono oscuro que el humo de las velas le había dado a su rostro, era en aquellos días una figura serena y mansa, como corresponde al que peregrina.
Pero, en la misma jornada que el Cristo templario bajó su cabeza en avergonzado asentimiento, Santiagobeltza, recordando ser "Hijo del Trueno", se encendió en ira por el atropello que se cometía con el Temple, se le arrebolaron las mejillas, y abrió los labios para maldecir a los indignos destructores de la Orden.
Y quedose así, para que su protesta, por la infamia cometida contra los caballeros, se perpetuara por los siglos, de modo que sus labios no se cerrarán hasta el Dia del Juicio Final, cuando verdugos y víctimas comparezcan ante el terrible tribunal divino.
Aseguran, que sus amenazantes palabras fueron conservadas de padres a hijos y, poco más tarde, grabadas como eterno recuerdo en la peana de Nuestra Señora de los Huertos. Aunque las transformaciones, y restauraciones, sufridas por dicha imagen han hecho que se perdieran.
Salud y fraternidad.
1 comentario:
Pero por qué escoger ese esquema en concreto?
Una cruz en forma de Y con un tercer brazo central.
De donde puede proceder su punto de origen?
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