Templo de los Santos Julián y Basilisa, 1186, Rebolledo de la Torre (Burgos).
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Templo de San Andrés, fin s.XII, Valdelomar (Cantabria).
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Templo de San Pedro, principio s.XII, Tejada (Burgos).
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La imagen del “Hombre Verde” se encuentra entre las de aquellas más antiguas divinidades, como el sumerio Tammuz, el babilónico Dumuzi, o el egipcio Osiris, símbolos del ciclo natural de muerte y resurrección. Y más próxima a nosotros, aparece personificada en el Dionisos griego, el Silvano romano, o el Cernunnos celta. Aunque más que divinidades, estos hombres verdes, son figuraciones del espíritu que anima los seres vegetales. Todas sus representaciones, figuradas como “Hombre Verde”, aparecen con el cabello cubierto de vegetación. A partir del periodo románico, el símbolo se unificó y pasó a representarse como una cabeza de anciano, o mezcla de humano y animal, que vomita vegetación en largos tallos, los cuales se enroscan en espiral o se anudan en forma de entrelazos.
Entre los celtas, el Hombre Verde moría durante el festival de Samhain (31 octubre - 1 noviembre), y renacía en el de Beltaine (30 abril - 1 mayo). Conocido en Britania como Green Man, en la Galia como Le Feuillou, y en Germania como Blattqesicht, las celebraciones que la Religión Antigua realizaba, alrededor de este personaje, no desaparecieron con la llegada de la nueva religión, simplemente se transformaron por sincretismo, en Britania, por ejemplo, pasó a festejarse como "Jack in the Green", y en Iberia, se convirtió, entre otras, en "Santiago el Verde" o en los "Hombres de Musgo". En todas estas festividades, alrededor de abril-mayo, aparecen personajes cubiertos de flores y vegetación, como imagen de la energía fecundante, masculina, de que se vale la Madre Naturaleza.
Aunque también aquí, como en el caso de la espiral, el simbolismo románico estableció un paralelismo entre el renacer físico, material, y el renacer espiritual. El "Hombre Verde", de los templos románicos, nos está hablando del renacer, la completa renovación, que puede experimentar la tierra, la humanidad, si se regenera en espíritu.
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La imagen del “Hombre Verde” se encuentra entre las de aquellas más antiguas divinidades, como el sumerio Tammuz, el babilónico Dumuzi, o el egipcio Osiris, símbolos del ciclo natural de muerte y resurrección. Y más próxima a nosotros, aparece personificada en el Dionisos griego, el Silvano romano, o el Cernunnos celta. Aunque más que divinidades, estos hombres verdes, son figuraciones del espíritu que anima los seres vegetales. Todas sus representaciones, figuradas como “Hombre Verde”, aparecen con el cabello cubierto de vegetación. A partir del periodo románico, el símbolo se unificó y pasó a representarse como una cabeza de anciano, o mezcla de humano y animal, que vomita vegetación en largos tallos, los cuales se enroscan en espiral o se anudan en forma de entrelazos.
Entre los celtas, el Hombre Verde moría durante el festival de Samhain (31 octubre - 1 noviembre), y renacía en el de Beltaine (30 abril - 1 mayo). Conocido en Britania como Green Man, en la Galia como Le Feuillou, y en Germania como Blattqesicht, las celebraciones que la Religión Antigua realizaba, alrededor de este personaje, no desaparecieron con la llegada de la nueva religión, simplemente se transformaron por sincretismo, en Britania, por ejemplo, pasó a festejarse como "Jack in the Green", y en Iberia, se convirtió, entre otras, en "Santiago el Verde" o en los "Hombres de Musgo". En todas estas festividades, alrededor de abril-mayo, aparecen personajes cubiertos de flores y vegetación, como imagen de la energía fecundante, masculina, de que se vale la Madre Naturaleza.
Aunque también aquí, como en el caso de la espiral, el simbolismo románico estableció un paralelismo entre el renacer físico, material, y el renacer espiritual. El "Hombre Verde", de los templos románicos, nos está hablando del renacer, la completa renovación, que puede experimentar la tierra, la humanidad, si se regenera en espíritu.
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