Templo de Santa María, s.XII, Padilla de Arriba (Burgos).
Muchos templos románicos, por causas diversas y a veces poco justificables, han sufrido abandono, ruina y expolio -no necesariamente en este orden-, de tal modo que cuando se ha querido acudir en su auxilio el daño ya era irreparable. En Padilla había dos, cuando vinieron los malos tiempos y faltó el dinero para las reparaciones, el de Santa María fue cerrado. Los escasos recursos se centraron en salvar el de San Mamés, también románico, y el templo abandonado fue deshaciéndose poco a poco. Las mejores piedras fueron "tomadas en préstamo", por lugareños necesitados de materiales constructivos de calidad. Las esculturas desaparecieron en la oscuridad de la noche, a manos de chamarileros, anticuarios, y demás depredadores. Hoy sólo quedan cuatro paredones que nos susurran: "Ya que no puedo ser un buen ejemplo, al menos quiero ser una terrible advertencia".
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