"Feroz animal" románico. Restos del templo de Santa María del Castillo, Ayllón (Segovia).
En una pequeña plazuela de Ayllón, descubrimos sobre la fachada de un templo del s.XVII, cierta figura que nos pareció románica. Estábamos haciendo fotos, cuando un dicharachero y zangolotino muchachito se nos acercó, para declarar que él conocía en qué lugar del templo había más "piedras antiguas". Así, fue mostrándonos por aquellos vetustos muros una serie de imágenes románicas, resto según afirmó de una iglesia desaparecida. Para nosotros fue, como encontrar un cofre del tesoro, saqueado ya desde antiguo, en cuyo fondo quedó olvidada una moneda o una joya, con las cuales soñar y lamentar lo perdido.
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En una pequeña plazuela de Ayllón, descubrimos sobre la fachada de un templo del s.XVII, cierta figura que nos pareció románica. Estábamos haciendo fotos, cuando un dicharachero y zangolotino muchachito se nos acercó, para declarar que él conocía en qué lugar del templo había más "piedras antiguas". Así, fue mostrándonos por aquellos vetustos muros una serie de imágenes románicas, resto según afirmó de una iglesia desaparecida. Para nosotros fue, como encontrar un cofre del tesoro, saqueado ya desde antiguo, en cuyo fondo quedó olvidada una moneda o una joya, con las cuales soñar y lamentar lo perdido.
Entre templos y ermitas, Ayllón tuvo cerca de una docena de edificios religiosos románicos. En la actualidad sólo quedan en pie San Miguel, ya sin culto, muy reformada; y San Juan, convertida en museística vivienda particular. Las exiguas ruinas de San Nicolás, sirven como portada del cementerio; y la ermita de Santiago, es un montón de escombros entre los campos.
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Restos del templo de San Nicolás, Ayllón (Segovia), reutilizados en el cementerio. [Diapositivas 7 octubre 2000].
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Ídem anterior.
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La parroquial de la villa, es hoy Santa María la Mayor. Donde se encuentra este templo, se hallaba la antigua parroquia de Santa María del Castillo, cuya ruinosa nave se hundió la madrugada del 4 de marzo de 1697. Sabemos que, en 1523, el templo románico todavía se encontraba en pie, pues la documentación inquisitorial cita como testigo a “Pero Sainz, cura de Santa María del Castillo”. Poco más sabemos de este edificio románico, aunque Santa María la Mayor ha “heredado” algunos restos significativos de su precioso antecesor, pues aprovechando las piedras de aquel se levantó el templo actual, acabado en 1701.
Los canteros que levantaron el nuevo edificio, debieron encontrar interesantes, por algún motivo, determinados sillares esculturados del templo arruinado, pues los intercalaron por los muros de la nueva construcción. Si bien los colocaron un poco al azar, dichos elementos delatan haber formado parte de una típica portada. Y no cabe duda, que cuando fueron reutilizados debían encontrarse mejor conservados que ahora, al cabo de trescientos años.
.Los canteros que levantaron el nuevo edificio, debieron encontrar interesantes, por algún motivo, determinados sillares esculturados del templo arruinado, pues los intercalaron por los muros de la nueva construcción. Si bien los colocaron un poco al azar, dichos elementos delatan haber formado parte de una típica portada. Y no cabe duda, que cuando fueron reutilizados debían encontrarse mejor conservados que ahora, al cabo de trescientos años.
Restos del templo de Santa María del Castillo, Ayllón (Segovia), empotrados en los muros de Santa María la Mayor. [Fotos 20 diciembre 2008].
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Tenemos la pareja de “monstruos” andrófagos, que solían ir en las enjutas a cada lado de la portada, más otro animal “feroz” que formaría parte de algún conjunto historiado.
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Tenemos la pareja de “monstruos” andrófagos, que solían ir en las enjutas a cada lado de la portada, más otro animal “feroz” que formaría parte de algún conjunto historiado.
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Y esa preciosa pieza, quizá un dintel que soportara el tímpano, en la cual aparece magnífico crismón sostenido por una pareja de ángeles –aunque sólo resta uno y las manos del otro-, en actitud de volar. Y a su izquierda, un estupendo san Miguel con la balanza en la mano, pesando almas, una de las cuales parece aferrarse a sus alas solicitando ayuda. A pesar de la erosión, se aprecia que todo ello fue trabajado con cierta delicadeza en el detalle, y nos recuerda aquel dintel –si bien con más arte- de Nuestra Señora de la Peña, en Sepúlveda.
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No menos significativas son las otras piedras, aunque se trate de elementos “menores”. Como ese anillo con entrelazo céltico, o las rosáceas de doce pétalos inscritas en círculos perlados, o el encadenado en forma de “ochos” sobre arquillos. Todo lo cual, puede encontrarse en portadas segovianas o sorianas de los contornos.
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Sin olvidar la pequeña hornacina, con personaje inserto; o el arquillo –quizá de un alero-, bajo el que se cobija una severa cabeza, con barba y bigote, que parece llevar en el cabello una tonsura celta.
Pequeños fragmentos, leves sombras, humildes fósiles de un gigante, que atestiguan cómo aquí hubo un templo significativo. Lo bastante, para que los canteros del s.XVIII decidieran dejarnos este mapa del tesoro.
Y nos queda una duda razonable. Algunos de los sillares del nuevo templo, ¿si los pudiésemos ver por su cara interna, no resultarían ser los románicos compañeros esculturados, de aquellos pocos que nos guiñan su simbolismo desde los sombríos muros actuales?
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Salud y fraternidad.
Pequeños fragmentos, leves sombras, humildes fósiles de un gigante, que atestiguan cómo aquí hubo un templo significativo. Lo bastante, para que los canteros del s.XVIII decidieran dejarnos este mapa del tesoro.
Y nos queda una duda razonable. Algunos de los sillares del nuevo templo, ¿si los pudiésemos ver por su cara interna, no resultarían ser los románicos compañeros esculturados, de aquellos pocos que nos guiñan su simbolismo desde los sombríos muros actuales?
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Salud y fraternidad.