Declaración de buenas intenciones, y que la Diosa nos pille confesados...
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Adentrarse por los caminos románicos es, ciertamente, iniciar el recorrido de un sinuoso laberinto, como el que atrae nuestra atención en algunas catedrales medievales. Las imágenes del mundo románico, sus significados simbólicos, no siempre son lo que parecen y, a veces, no parecen lo que son. Para peregrinar por su rico universo, hay que mirar esa etapa de la humanidad con ánimo presto a estudiar todas las hipótesis sin que nos obsesione ninguna. Mirarla con ojos de niño, dispuestos al goce del asombro, más con espíritu maduro, dispuestos al estremecimiento de lo recóndito.
Como la senda del laberinto de Chartres, que se retuerce, avanza para retroceder y retrocede para avanzar, con múltiples rutas aparentes que en realidad son una sola, así los caminos del románico parece que se bifurcan, para finalmente converger en el centro único. Por ello, vamos a intentar danzar sobre ese laberinto como si estuviésemos recorriendo el tablero de un Juego de la Oca, -al fin y al cabo ¿No contiene el Juego de la Oca un laberinto en su casilla 42?-, aprovechando las tiradas beneficiosas y evitando las adversas. Pero siempre, siempre, con los ojos del cuerpo y del espíritu bien abiertos.
Porque aunque planteemos esta aventura de compartir vivencias, sobre el mundo románico, como un juego dialéctico cuyas incidencias se irán mostrando aquí, en forma de reflexiones socarronas, interrogantes eruditas, comentarios estéticos, y fotos al por mayor, no conviene que peregrinemos con mirada distraída. Estamos ante un juego, si, pero un juego muy serio.
Templo de San Lorenzo, ruinas s.XII, Uncastillo (Zaragoza).
Nos parece que para dar el primer paso, tras tirar los dados, nada mejor que traspasar la puerta de estas ruinas. Su imagen resume lo que hemos intentado insinuar, el espejismo que a veces despista nuestro caminar por el laberinto. Detrás de la portada, que custodian los antiguos genios guardianes, puede que no haya solo un edificio de culto, sino también todo un mundo ancestral en espera de ser explorado. El mundo de quienes veneraban a la Madre Tierra.
Salud y fraternidad.