viernes, 18 de enero de 2008

Donde late la Madre Tierra

Templo de San Martín, 1118, Salcedillo (Palencia).
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Junto al nacimiento del río Camesa, se elevó un primer templo para contener la imagen de Nuestra Señora, que sustituyese el viejo culto a la ninfa de ese curso fluvial. Luego siguieron otros, hasta llegar al románico. La dureza del entorno modeló el carácter de sus habitantes, recios pero acogedores, resistentes al clima adverso, al aislamiento, y al olvido de las gentes del valle. Afables con los forasteros, a pesar de todo. A pesar de que, en 1934, fueron forasteros quienes, con mal encauzado descontento, dinamitaron iglesia, virgen y pila bautismal románicas. Pasaron los años malos, el pueblo reconstruyó su templo y allí sigue imperturbable. En un paisaje de tranquila serenidad, donde con nieve, sol, o lluvia, se puede percibir el soplo del espíritu. El latido pausado de la Madre Tierra, una de cuyas venas es ese río Camesa.

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