viernes, 15 de febrero de 2008

"Estaba el señor don gato... de Cheshire"

Las arquivoltas de la portada son los círculos celestes, aquí protegidos por simbólicos felinos. ¿Egipcios o celtas? ¿O ambas cosas, a un tiempo?
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De aspecto feroz o manso, sabemos que estos gatos guardianes son herederos de los que, en Egipto, recibían popular veneración, y en el mundo celta protagonizaban mágicas aventuras.
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Templo Parroquial, s.XII, Colina de Losa (Burgos).
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En Egipto, la diosa Bastet es hija del sol, Ra, y se la conoce como “Ojo de la luna”, o “Gata de Ra”. Ella es quien destruye a Apofis, la serpiente enemiga del dios sol. Su figura tiene un carácter dual, pues por una parte protege la maternidad durante el embarazo, y por otro, protege el alma de los difuntos en su tránsito por el mundo subterráneo. Aunque si lo analizamos bien, vemos que es lo mismo: el feto transita por un espacio oscuro, antes de salir a la luz de la vida, y el alma difunta camina por el sombrío más allá antes de renacer a la luz de una nueva existencia.
Sin olvidar que, también en el mundo celta, los gatos tienen un papel mágico-protector. La diosa del amor y la fertilidad, Freya, viaja en un carro celeste tirado por gatos. Ahí está su heredero, el cínico "Gato de Cheshire", de Alicia.
Este carácter protector y cíclico, gatuno, lo heredaron los felinos medievales: libraban de los roedores y tenían “siete vidas”. Por eso, no debemos extrañarnos de verlos sobre las portadas románicas, como guardianes protectores. Vigilan la entrada al lugar sagrado, pacíficos y amables, pero siempre dispuestos a lanzarse sobre cualquier “rata”, espiritual o física, que intente colarse donde no debe...

3 comentarios:

Paco Torralba dijo...

Cierto. yo tambien veo bastantes gatos cuando, según los autores de "los papeles" que llevo, son leones. En los siglos románicos pocos leones vería la gente, pienso yo, sin embargo el caráter enigmático de los gatos les resultaria mucho mas cercano.
Salu2

Alkaest dijo...

Sin entrar en la polémica de "galgos y podencos", para mí son gatos y bien gatos. Cuando el cantero románico quería poner leones, ponía leones. Tontos no eran, aunque su arte no fuese "realista". Desgraciadamente, los gatitos llegaron a adquirir mala fama, acabando el medievo, por causa de ciertos fanáticos -a quienes mejor ni nombrar- que los asimilaron, junto con su simbolismo, al diablo y sus seguidoras, las brujas.
Luego, muchos "doctos académicos" han seguido las huellas de los difamadores, y prefieren ver leones donde hay gatos. ¡No vaya a ser que el Diablo les salte a la cara, cuando la acerquen a una portada mediaval!
Salud y románico. Alkaest.

Montacedo dijo...

Y, sin embargo, el la superstición moderna de los pueblos, el gato suele tener un simbolismo negativo al suponerse que son demonios que toman las forma de este animal.